Seguridad
informática en la PC de tu hogar
Los peligros
a los que los niños están expuestos en Internet son muchas veces temas
desconocidos para los padres.
Navegar en Internet se ha convertido en una de las opciones de
entretenimiento más adoptadas por niños y adolescentes. Esta práctica, permite
a los chicos no sólo compartir experiencias a través de la Web, sino que
también los ayuda con las tareas educativas. Sin embargo, se observa que
navegar en Internet es para los niños una experiencia solitaria. El rol del
adulto muchas veces está desdibujado, y los chicos se hallan solos frente a un
mar de contenidos e información que muchas veces puede exponerlos a situaciones
riesgosas.
A pesar de que los padres suelen cuidar de sus hijos para que éstos no estén
expuestos a situaciones riesgosas, por ejemplo fuera del hogar, donde pudieran
tener contacto con desconocidos, se observa que esta preocupación no se
extiende al uso de Internet. Los padres desconocen cuáles son los peligros más
importantes existentes en la red, dejando por lo general al niño en una
situación de navegación solitaria.
El paradigma de la tecnología de la información y su infinita oferta, así
como la facilidad e instantaneidad en su acceso, nos informan claramente sobre
una marcada distancia entre hijos y padres quienes vienen de una pretérita
modalidad de comunicación.
Un estudio regional realizado por Symantec pone de manifiesto que existe en
los padres una visión “beatificada” sobre sus hijos. En la mayoría de los casos
pareciera que la virtualidad protegiera, en cierto modo, a los niños de las
amenazas del mundo “real”.
Para que los padres pudieran, de forma eficaz, promover el uso seguro de
Internet por sus hijos deberían tener necesariamente un buen conocimiento de
las redes y sus posibilidades. Sin embargo, la investigación arroja un alto
grado de desconocimiento por parte de los padres de las verdaderas amenazas a las
que sus hijos están expuestos en la red. A la hora de indagar, solo se menciona
superficialmente, el temor al tecnoautismo y en menor grado la pornografía,
dejando sin mención de sospecha la pedofilia o exposición excesiva a
publicidades maliciosas.
Tampoco parecen estar informados acerca de cómo detectar los contenidos
potencialmente perjudiciales que circulan a diario en la red y no cuentan con
la información necesaria sobre los mecanismos de protección existentes, tanto
técnicos como legales.
Teniendo en cuenta la natural labilidad de estos niños, y los ajustes
emocionales, correspondientes con su etapa evolutiva resulta paradójico que
estos cuidados queden en cierto modo al libre albedrío de los mismos, y
supeditados a su “buen criterio”. Esta mirada “light”, aparece más acentuada
entre las madres, quienes refieren que el control se lo suponen a sus esposos,
amparadas en el desconocimiento de la herramienta.
Por parte de los niños, se detecta una calificación que coloca a sus padres
en un lugar “ingenuo”.
Esta ingenuidad se refuerza desde la falta de información de los padres en lo
referente al tema, con lo cual la confianza otorgada responde verdaderamente a
imposibilidad, a resignación, y finalmente a un anhelo de mantener a sus hijos
en un estado de “candidez”.
Polarizando estas dimensiones de control, los niños -aunque difusamente-
manifiestan conocer en mayor medida los mecanismos de protección, y -con
bastante precisión- las estrategias para saltear la supervisión, si
eventualmente la necesitaran, lo que acrecienta aún más la brecha.
Algunas cifras pueden ilustrar de manera más apropiada cuán expuestos están
nuestros niños al conectarse de manera no protegida o supervisada a Internet:
- Los chicos utilizan la Red para hacer cosas que antes hacían fuera, como
hablar con amigos (el 68 %), escuchar música (el 62 %), compartir música (50
%), leer artículos de diarios o revistas (36 %), reservar entradas (30 %) y
comprar música (20 %). - El 34% de los jóvenes dice que ha “hackeado” a
compañeros de escuela cuando éstos se han sentido molestados.
- El 44% de los menores se han sentido acosado por Internet. Las ofensas
pueden tomar la forma de insultos por parte de otros internautas o de correos
no solicitados con contenidos desagradables.
- El 14 % de los menores encuestados ha concertado una cita con un
desconocido
- El 8% lo ha hecho en más de una ocasión.
- El 10% de estos jóvenes se presentaron solos a estas citas.
- El 30 % de los niños que navegan por Internet han sido acosados
sexualmente
- El 94% de los menores accede directamente a Internet sin control de los
padres
- El 35 % de los padres no toman como una preocupación que sus hijos entren
solos a Internet
- El 46.8% de los padres establece que hay una especie de pacto implícito
para que los chicos no entren a páginas peligrosas o poco confiables, aunque no
establecieron parámetros de acceso
- El 92% de los padres desconoce cual es la clave de acceso a los programas
de chateo de sus hijos
- Casi el 60% de los padres conoce la existencia de filtros para que sus
hijos menores no accedan a sitios no deseados, pero el 74,7% de éstos no ha
instalado ninguno en su hogar.
Según Dave Cole, experto en Seguridad Informática de Symantec, “los usuarios
domésticos se han vuelto el foco del fraude, spyware y crimeware. A medida que
los niños inclinan sus actividades hacia Internet, no todos los padres tienen
un conocimiento de cómo protegerlos”. Cole agrega: “En cierta manera, Internet
es como una puerta; cuando cruzas la puerta de tu casa, la cierras con llave, la
vigilas, sabes quién entra y quién sale. Internet también es una puerta. Una
puerta a barrios conocidos y barrios peligrosos, y a lugares donde los chicos
interactúan con amigos, también con gente anónima y extraña. Es por eso que
tenemos que desarrollar hábitos de uso claros para Internet. Los chicos en
muchas ocasiones están técnicamente mas avanzados que los padres, tienen los
conocimientos técnicos suficientes pero no tienen la experiencia que se
requiere para protegerlos a sí mismos cuando están conectados.
La combinación de herramientas como el Norton Internet Security, junto con
el desarrollo de hábitos de uso de Internet generados a través de la educación,
permite restaurar la confianza para poder trabajar, jugar y compartir en un
mundo conectado.”
Enseñar a tus hijos a nunca dar información personal cuando navegan en
Internet; establecer directrices para mostrarles confianza; conocer los hábitos
de navegación de tus hijos; enseñarles a nunca hablar con extraños cuando estén
en línea; e instalar software para protegerlos y que no reciban correos
electrónicos basura ofensivos, es parte de los hábitos que deben ser discutidos
con los niños para evitar exponerlos a situaciones peligrosas.
La prevención no pasa por coartarles todo acceso a Internet, ni por
prohibirles su uso. Lo importante es establecer pautas educativas claras para
proteger las interacciones y restaurar la confianza para poder disfrutar de las
posibilidades que brinda un mundo conectado.